viernes, 31 de mayo de 2013

Eric Abidal, entre lo humano y lo deportivo

(FOTO: www.europe1.fr)
Eric Abidal anunció ayer su adiós al FC Barcelona al término de la vigente temporada. El club catalán ha decidido no renovar el contrato del lateral francés por lo que Abidal abandonará el club en el que aterrizó en 2007 procedente del Olympique de Lyon. 
La historia de sufrimiento y tesón del francés arranca en marzo de 2011, cuando se le detecta un tumor en el hígado por el que tuvo que ser intervenido, perdiéndose el tramo final de la temporada 2010/2011. Posteriormente, y tras un largo proceso, Abidal regresaría en un partido de Champions ante el Real Madrid. Parecía que el francés pondría punto y final al calvario. Sin embargo, de nuevo en marzo pero de 2012, el FC Barcelona anunciaba que el futbolista debía volver a pasar por quirófano para que se le trasplantara parte del hígado, cuyo benefactor fue su propio primo. Tras una larga operación, el lateral se disponía a volver a recuperarse lo antes posible para regresar a los terrenos de juego. Ya en el tramo final de esta temporada, pudo volver a jugar y disputar un total de 4 partidos ligueros. 
Por tanto, que el FC Barcelona anuncie ahora que no renueva el contrato de un futbolista que solo ha disputado unos pocos partidos en los últimos dos años no es ninguna sorpresa. Se podría decir, incluso, que es algo muy normal. Nada que objetar, por tanto, desde el punto de vista deportivo. Abidal ya no tiene sitio en un Barcelona en el que Jordi Alba le cierra el paso como lateral izquierdo titular y sin que nadie le asegure poder volver a jugar al máximo nivel, a pesar del optimismo de los médicos. 
Sin embargo, el problema surge desde el punto de vista humano. Durante los últimos años en los que el “22” culé ha estado fuera tratando sus problemas, las muestras de cariño de sus compañeros y los mensajes desde el club siempre fueron favorables a mantener al francés en el equipo independientemente del aspecto deportivo. El Barcelona quiso vender una imagen al exterior como club solidario y humano, que renovaría al jugador en cuanto éste jugara algún partido. La maquinaria propagandística del club no perdió el tiempo en sacar partido a la situación para mejorar aún más la imagen social y humana de un club obsesionado con mostrar al mundo unos valores que, supuestamente, casi posee en exclusividad.
Pero nada más lejos de la realidad. Tras comprobar que deportivamente el jugador ya no es tan útil como aquel que llegó a Barcelona como mejor lateral izquierdo del momento y completó unas primeras campañas a gran nivel, el club ha decidido prescindir de sus servicios y ahorrarse la ficha de un futbolista que no puede, o no se confía en que pueda, rendir al nivel esperado. Así pues, discordancia clara entre lo que se publica y lo que realmente se hace.
Sea como fuere, por el bien del francés, ojala pueda volver a recuperar el nivel del que un día disfrutó y jugar sin problemas en el club que se atreva a contratarlo. Ahora esa será la cuestión. Encontrar un lugar donde tengan la voluntad de esperarle y confiar en que el francés pueda volver a la normalidad. 
Y es que a veces lo deportivo y lo humano chocan frontalmente. Un club de fútbol, y mas aún uno tan grande, no es una ONG, eso está claro. Pero hay que tener cuidado con lo que se quiere vender al exterior. Esa publicidad de la que tanto se ha preocupado la junta directiva liderada por Sandro Rosell desde su llegada al club y que, a veces, se vuelve en contra de las decisiones tomadas. 
Quizás no sea tarde aún para que el presidente de un club tan grande como el FC Barcelona se diera cuenta de ello y el club invirtiera todos sus esfuerzos en mantener un equipo de leyenda como el que dispone y dejar limpia una imagen que, con cosas como ésta, termina quedando algo ensuciada…

No hay comentarios:

Publicar un comentario